Las listas de espera quirúrgicas superan el récord en 20 años sin una respuesta unificada de salud pública con el sistema de conciertos

Las listas de espera quirúrgicas superan el récord en 20 años sin una respuesta unificada de salud pública con el sistema de conciertos

La Alianza de la Sanidad Privada Española alerta de que la salud pública en España vive una situación de crisis asistencial inédita derivada del aumento de las listas de espera para intervenciones quirúrgicas y de atención especializada en el conjunto del país. Las listas de espera estructurales (pacientes diagnosticados pero que no han recibido atención médica) se han visto gravemente acentuadas por la crisis del COVID-19 que obligó en el año 2020 y parte de 2021 a una concentración de recursos en torno a la pandemia y que ha generado una demanda embolsada del resto de especialidades médicas que ha comenzado a aflorar y atenderse en 2021. Mientras, los diagnósticos a los pacientes determinan un agravamiento de las enfermedades ante la dilatación de tiempos medios de atención médica. 

Atendiendo a los datos publicados recientemente por el Ministerio de Sanidad, un total de 706.740 pacientes estaban a día 31 de diciembre de 2021 en lista de espera para operarse en la sanidad pública, la cifra más alta de la serie histórica iniciada en 2003. Esto ha provocado que el tiempo medio de espera se haya incrementado hasta los 123 días, con casuísticas por encima de los 180 días, máximo legal en algunas CCAA. De otro lado, el tiempo medio de espera a nivel nacional para consultas externas en el Sistema Nacional de Salud es de 89 días. La realización

de operaciones en todo el sistema sanitario español aumenta cada año de forma constante. Las intervenciones realizadas en 2017 fueron 5,23 MM, 5,32 MM en 2018, 5,38 MM en 2019, 4,17 MM en 2020 y 4,49 MM en 2021 (fuente ‘Proyecto Venturi’). En el año 2020, al descender la demanda, se redujeron las intervenciones quirúrgicas hasta un 22,5%. Por tanto, según las estimaciones, aunque en 2021 se ha recuperado en parte la actividad quirúrgica (+7,6%), aún se encuentra lejos de la actividad de prepandemia, concretamente 1,3 millones de intervenciones quirúrgicas menos que en 2019 (-16,6%).

 

La pandemia como factor agravante

Durante 2020, debido a la desprogramación asistencial y al miedo ciudadano, se produjo un agudo descenso de entradas en listas de espera quirúrgicas (LEQ) de la sanidad pública (-19,9%) y también de su absorción de salida (-19,6%) respecto a 2019. Esto ha derivado, principalmente, en una enorme demanda oculta embalsada que ha empezado a aflorar en 2021.

En 2021, las entradas en LEQ en la sanidad pública han aumentado un 19,2% respecto a 2020 (de 1,97 MM a 2,35 MM), mientras las salidas no han crecido en la misma proporción, en un 14% (de 1,64 MM a 1,87 MM). Por lo tanto, el saldo de LEQ 20-21 aumenta en un 43,8%.

La previsión es que en junio de 2022 las LEQ sean aún superiores debido al incremento de 600.000 pacientes en espera de primera consulta de especialidades que se han sumado entre junio y diciembre de 2021 (+27%, de 2,2 millones a 2,8).

Según el Proyecto Venturi, que analiza la absorción de la demanda asistencial tras la acumulación por el covid, para revertir a la situación de prepandemia deberían haberse realizado en el todo el sistema hasta 6,84 millones de intervenciones quirúrgicas, 2,35 millones más (+52%) que las realizadas según la estimación de operaciones para 2021 (4,49 millones). 

 

La sanidad privada se ha mostrado más eficiente

Otras ratios de asistencia decrecieron en 2020: 780 mil altas menos, 6,7 millones de primeras consultas de especialidades menos (-9% en la privada frente al -22% de la pública), un millón de biopsias menos (-21% en los de dependencia pública y -15% en privados), 516 mil resonancias y 494 mil TACS menos (-19% en públicos y -11,5% en privados), y 8,5 MM menos de urgencias. 

Sobre los datos de IQ en su variación interanual 2019-2020, el descenso en la sanidad pública fue más acusado, de hasta el 25,8% (2,43 MM en 2020 frente a 3,28 MM en 2019), en comparación con la privada, que fue del 17,2% (1,74 MM en 2020 frente a 2,10 MM en 2019). En paralelo, el mapa de quirófanos públicos en España descendió un 2,7% pasando de 3.000 en 2019 hasta los 2.887 en 2020. Pero además el ámbito público registró una bajada del rendimiento de actividad por quirófano del 23% entre esos dos años (de 1.094 operaciones/quirófano en 2019 a 842 en 2020). En 2021, la estimación es que aumentó el número de intervenciones por quirófano en la sanidad pública hasta 1.435 (+70,4%).

Por su parte, la sanidad privada ha aumentado la disposición de quirófanos entre 2019 y 2020, pasando de 1.565 en 2017 a 1.626 en 2020, un +3,8%. Junto a ello, el rendimiento de operaciones por quirófano en la sanidad privada es superior a la pública. De 2017 a 2020, acumula un promedio anual de 19,6% más operaciones por quirófano. En 2021, el número de intervenciones estimado por quirófano pasó de 1.073 a 2.735 (+154%). 

 

Se incumplen los períodos máximos de Garantía de Respuesta Asistencial 

La Garantía de Respuesta Asistencial es el compromiso público establecido por cada CCAA según la Ley 16/2003 de Cohesión y Calidad del SNS cuando se excede el tiempo máximo para que un ciudadano reciba asistencia médica. Si la espera supera el tiempo máximo establecido en un centro de la red pública, la consejería de sanidad competente está obligada a ofrecer al paciente la posibilidad de recibir la prestación en un centro concertado a solicitud del interesado.

La realidad es que no se están cumpliendo en miles de casos los periodos máximos de garantía que las mismas CCAA establecen, tanto en intervenciones quirúrgicas, como en especialistas y pruebas diagnósticas. Y no se aplican por desconocimiento del ciudadano y falta de información por parte de las Administraciones sanitarias.

Estos compromisos son un indicador de respuesta asistencial con periodos diferenciados según cada servicio autonómico cuando deberían ser de aplicación homogénea en todo el territorio nacional, pues de lo contrario se producen inequidades entre ciudadanos.

 

Ausencia de estrategia estatal

Para ASPE, el Ministerio de Sanidad debe establecer un protocolo estatal que favorezca plazos de espera igualitarios para los ciudadanos, con independencia de la Autonomía y, de esa forma, agilizar la gestión de unas listas de espera alarmantes que amenazan la salud de los pacientes.  

Indistintamente de la titularidad público o privada de la gestión de los recursos asistenciales, es fundamental para el conjunto de la ciudadanía la eficiencia en términos de tiempo de resolución de su proceso asistencial para evitar el agravamiento de su salud por un diagnóstico tardío. 

Carlos Rus, presidente de ASPE, afirma que “con una demanda asistencial enquistada en listas de espera alarmantes, con el derecho de los ciudadanos a que se activen conciertos que agilicen su atención tras superarse en mucho los tiempos máximos de garantía asistencial, la red pública debe tomar la iniciativa sin titubeos ni consignas y apoyarse en la capacidad del sector empresarial para reducir esta crisis sanitaria actual”.

La sanidad privada forma parte del SNS y cuenta con el 56% del total de centros hospitalarios y el 32% de las camas existentes en España, además de 12.000 centros extrahospitalarios.

Desde ASPE se aplaude la iniciativa de la Junta de Castilla y León para tomar medidas concretas como el aumento voluntario de la jornada laboral y el uso de conciertos con el objetivo de reducir en 21 días la demora media de las listas de espera en los próximos 6 meses. Para Rus “es el camino más responsable si tenemos en cuenta la salud del ciudadano, que espera atención médica mientras puede derivar en el agravamiento de su diagnóstico”.

 

El sector opera en costes más ventajosos que con precio público

España destina aproximadamente el 11% de su gasto sanitario a conciertos, un importe cercano a 8.000 millones de euros. Hay que saber además que, por lo general, el sistema de conciertos opera en condiciones significativamente más ventajosas en costes que a precio público. Los precios medios concertados de procedimientos como cataratas, intervenciones de cadera o rodilla, entre otros, son entre un 25% a un 69% menores.